BREVE NARRACIÓN #15
EL Árbol y su Sombra
En un bosque frondoso, había un árbol majestuoso que se alzaba alto, con ramas llenas de hojas verdes que ofrecían sombra a todos los que pasaban. Este árbol siempre proclamaba a los animales y viajeros:
"Soy un refugio seguro, un lugar donde siempre encontrarán alivio del calor y protección contra la lluvia".
Sin embargo, un día, un viajero se detuvo bajo su sombra buscando cobijo de una tormenta repentina. Para su sorpresa, las hojas comenzaron a gotear agua sin parar, y las ramas, débiles por dentro, se rompieron bajo el peso de la lluvia, dejando al viajero empapado y desprotegido.
Otro día, un ciervo llegó buscando sombra del sol abrasador, pero el árbol, con su copa dispersa, apenas ofrecía alivio. "¿No decías que eras un refugio?" preguntó el ciervo. El árbol, avergonzado, permaneció en silencio.
Con el tiempo, los animales y viajeros dejaron de confiar en el árbol, y aunque seguía proclamando su grandeza, sus palabras ya no tenían peso.
Un día, un pequeño arbusto que crecía cerca, aunque modesto, ofreció su sombra real a un ratón que pasaba. Sin prometer nada, cumplió lo que podía dar. Poco a poco, el arbusto ganó la confianza de todos, mientras el gran árbol quedó solo, sin que nadie creyera en sus palabras.
Sin embargo, un día, un viajero se detuvo bajo su sombra buscando cobijo de una tormenta repentina. Para su sorpresa, las hojas comenzaron a gotear agua sin parar, y las ramas, débiles por dentro, se rompieron bajo el peso de la lluvia, dejando al viajero empapado y desprotegido.
Otro día, un ciervo llegó buscando sombra del sol abrasador, pero el árbol, con su copa dispersa, apenas ofrecía alivio. "¿No decías que eras un refugio?" preguntó el ciervo. El árbol, avergonzado, permaneció en silencio.
Con el tiempo, los animales y viajeros dejaron de confiar en el árbol, y aunque seguía proclamando su grandeza, sus palabras ya no tenían peso.
Un día, un pequeño arbusto que crecía cerca, aunque modesto, ofreció su sombra real a un ratón que pasaba. Sin prometer nada, cumplió lo que podía dar. Poco a poco, el arbusto ganó la confianza de todos, mientras el gran árbol quedó solo, sin que nadie creyera en sus palabras.
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